Aunque el ganado vacuno se encuentra
distribuido en todo el país, existen zonas claramente
diferenciadas en lo que hace a densidad ganadera y a
características agroecológicas para la
producción de carne. Esto permite considerar
en el país cinco grandes regiones ganaderas.
La región ganadera por excelencia es la región
pampeana (Región I) que incluye la provincia
de Buenos Aires, sur de Córdoba, sur de Santa
Fe, sur de Entre Ríos y este de La Pampa. Le
sigue en orden de importancia el NEA o noreste argentino
(Región II) que abarca la provincia de Corrientes,
Misiones, Norte de Santa Fe, Norte de Entre Ríos,
este de Chaco y este de Formosa. De menor importancia
ganadera a nivel nacional es el noroeste argentino o
NOA (Región III) que abarca Jujuy, Salta, Tucumán,
Catamarca, La Rioja, Santiago del Estero, norte de Córdoba,
oeste de Chaco y oeste de Formosa. La Región
semiárida central (Región IV) comprende
San Juan, Mendoza, San Luis y oeste de La Pampa y finalmente
la Región Patagonica (Región V) desde
Neuquén a Tierra del Fuego.
En el Gráfico 1 se detalla la distribución
del stock ganadero en las distintas regiones y de los
animales faenados y como resultado de la relación
entre ambos parámetros se detallan las tasas
de extracción para dichas regiones.
Gráfico
1.
Observando la distribución del stock en el país
se resalta la importancia de la región pampeana
y del NEA que en conjunto poseen más de 46 millones
y medio de cabezas sobre el total de 55 millones.
Analizando la distribución de los animales faenados
vemos que las diferencias son aún más manifiestas
así por ejemplo de los 13.4 millones de vacunos
faenados anualmente, 16.6 millones se faenan en la región
pampeana, 1.22 millones en el NEA, 630 mil en el NOA,
700 mil en la región semiárida y 190 mil
en la Patagonia.
Argentina durante años ha mantenido una eficiencia
de producción relativamente baja que se expresa
en una tasa de extracción del 23-24%. Si por definición
consideramos a la tasa de extracción de un país
o región como el cociente de la faena sobre el
stock, nos encontramos con tasas en la pampa húmeda
muy superiores al promedio nacional mientras que en el
NEA por ejemplo esta tasa es sustantivamente menor. En
la región pampeana la tasa de extracción
asciende al 31%, en el NEA es del 10%, en el NOA el 18%,
en la región semiárida el 19% y en la Patagonia
el 25%.
Más allá de que la región pampeana
tiene ventajas comparativas para producir con mayor eficiencia
que el resto del país, de ninguna manera las diferencias
en las tasas de extracción arriba mencionadas pueden
ser adjudicadas a diferencias en eficiencias de producción
tan manifiestas.
Estas diferencias regionales de porcentajes de stock y
de faena se deben principalmente a la recría y
engorde que se realiza en la pampa húmeda de terneros
producidos en el NEA, y en otras regiones extrapampeanas.
Si consideramos hipotéticamente una eficiencia
de producción similar en el NEA que en la Pampa
Húmeda (igual tasa de extracción) significaría
que 1.300.000 animales son enviados del NEA a la región
pampeana todos los años. Con respecto al engorde
en la pampa húmeda de terneros producidos en el
NEA, la situación hoy está cambiando debido
a que solo animales sin características acebuzadas
están siendo requeridos por los invernadores ya
que los animales con evidencias de sangre cebú
son castigados en los precios al momento de la faena.
Gráfico
2.
Las diferencias regionales de stock obviamente se reflejan
también en diferencias en el número de vacas
y de terneros aportados por cada región. En el
Gráfico 2 vemos por ejemplo que de los 21.3 millones
de vacas que existen en el país, más de
17 millones y medio están en la región pampeana
y el NEA, y de los 12.8 millones de terneros producidos,
más de 10 millones y medio provienen de dichas
regiones.
Es importante también resaltar las diferencias
en actividades ganaderas que se realizan en cada región.
Analizando la relación (novillos + novillitos)/vacas
vemos que mientras en el NEA esta relación es del
38%, en la región pampeana es del 68%, debido a
que es en esta región precisamente donde se concentra
la invernada del país.