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TEHERÁN ESTÁ DISPUESTO A RESPONDER A LA PROPUESTA RUSA
 

Moscú. Por Vladímir Benazarov, columnista de RIA Novosti.

  El representante iraní en la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA), Mohammad Mehdi Ahunzade, anunció la semana pasada, en la sesión de la junta ejecutiva de la AIEA , que Teherán estaba dispuesto a "examinar seriamente la propuesta de Moscú para el enriquecimiento del uranio iraní en el territorio de Rusia". Según algunas fuentes, Ahunzade incluso dio a entender que Irán podría responder a la iniciativa rusa en plazos muy breves, antes de la siguiente reunión de la junta ejecutiva prevista para marzo de 2006.

  La situación tiene algunos detalles que escapan a la luz pública. Para empezar, los expertos iraníes señalan que la propuesta rusa no puede interpretarse como un intento de persuadir a Teherán contra el desarrollo de las armas nucleares, a diferencia de lo que afirman algunos analistas occidentales. Según la parte iraní, la sugerencia de enriquecer en Rusia el uranio procedente del centro nuclear de Isfahán representa más bien la intención de neutralizar las presiones políticas de externas que se están ejerciendo últimamente sobre Teherán desde Estados Unidos, Israel y la UE.

  La AIEA ya lleva tres años debatiendo el problema del 'dossier nuclear iraní', a saber, la conveniencia de su traspaso al Consejo de Seguridad de la ONU con el subsiguiente peligro de las sanciones internacionales contra Teherán, frente a la opción de mantener el asunto en el marco de la AIEA e intentar una solución de compromiso mediante las negociaciones entre Irán y la UE. Prácticamente todas las resoluciones aprobadas por la junta ejecutiva de la AIEA destacan que Irán aspira a la cooperación y a la transparencia en el arreglo de este problema.

  El director general de la AIEA Mohamed El Baradei, en sus informes que preceden a las sesiones ordinarias y extraordinarias de la junta ejecutiva, ha señalado más de una vez el carácter pacífico de los programas nucleares desarrollados por Irán.

  Las declaraciones de El Baradei se sustentan en la información proporcionada por los técnicos cualificados que realizan una inspección casi permanente de las instalaciones nucleares en el territorio iraní. En poco menos de tres años, los inspectores de la AIEA han gastado en Irán más de 2.000 hombres hora, lo cual es todo un récord, sin que se haya podido comprobar hasta la fecha la existencia de un componente bélico en los programas nucleares de este país. Sin embargo, Washington y Tel-Aviv siguen atribuyéndole a Teherán la intención de fabricar una bomba atómica, y continúan filtrando a la prensa nuevos datos que nunca se confirman.

  Por otra parte, es muy evidente que en estos últimos dos años y medio la 'troika europea' representada por Alemania, Francia y Reino Unido ha fracasado en sus gestiones que apuntan a la solución del problema nuclear iraní, a pesar de que Teherán ha procurado constantemente mantener el diálogo con la UE.

  Los sectores próximos a la AIEA están convencidos de que lo mejor para Teherán en este contexto sería aceptar la propuesta de Moscú. Así ganaría tiempo, primero, para convencerle a la comunidad internacional de que el desarrollo del programa nuclear persigue objetivos estrictamente civiles y, segundo, para proyectar al mundo una imagen más positiva de Mahmud Ahmadineyad, el nuevo presidente iraní elegido en agosto pasado.

  El enriquecimiento del uranio iraní en el territorio ruso sería, en opinión de Teherán, una fase intermedia en la consecución de la meta a largo plazo, que es poder usar el átomo civil con fines energéticos.