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MOSCÚ Y KÍEV ENFOCAN DE DISTINTO MODO EL PROBLEMA DEL "TRÁNSITO UCRANIO"

 

Las recientes disposiciones del nuevo Gobierno de Ucrania respecto al tránsito de petróleo ruso han atraído la atención de los expertos.

Sucedía a menudo que un proveedor ruso vía una compañía "off'shore" acordaba suministrar materia prima a Ucrania.

Pero luego que el petróleo cruzaba la frontera llegaba la noticia de la anulación del respectivo contrato, y el proveedor buscaba clientes fuera de Ucrania.

Una fuente del Ministerio de Combustible y Energía de Ucrania adujo como ejemplo de tales transacciones algunas realizadas por YUKOS.

En Rusia muchos sostienen que tales esquemas no se utilizan desde hace mucho, puesto que quedaron en el pasado las causas que los originaban: la escasa capacidad de trasiego de petróleo ruso hacia Occidente.

Por ejemplo, Dmitri Dolgov, portavoz de LUKOIL, con quien pudimos conversar sobre el tema de reexportación, sostiene que con la puesta en explotación a mediados del año pasado de la segunda fase de la Tubería del Báltico, su compañía, igual que otros extractores rusos, obtuvo una posibilidad complementaria de transportar sin problemas y más barato petróleo ruso por la región báltica, evitando en parte el tránsito ucranio y por completo la necesidad de efectuar el trasvase en puertos bálticos.

El petróleo crudo se suministra a Ucrania estrictamente en cantidades acordadas.

LUKOIL no necesita hoy día reexportarlo a ninguna parte.

Manifestaciones análogas fueron hechas por la TNK y otras compañías rusas.

Lo confirman de modo indirecto en el propio Ministerio de Combustible y Energía de Ucrania, sosteniendo que las disposiciones en cuestión tienen más bien un carácter populista.

¿Por qué las han adoptado? ¿Qué sucede en realidad con el "tránsito ucranio"?

La decisión de prohibir la "reexportación" puede llevar a la disminución del tránsito de petróleo, opina Serguei Grigoriev, vicepresidente de la compañía TRANSNEFT: sus volúmenes disminuyen ya sin ello, porque en Ucrania rigen tarifas demasiado altas.

Surge una situación paradójica: el aumento de la extracción de petróleo en Rusia el año pasado y de su exportación estuvo acompañado de una sustancial caída (el 2,3 por ciento) de su tránsito por tuberías vía Ucrania: 32,4 millones de toneladas.

Además, según datos del ministerio ucranio, las empresas transformadoras de Ucrania recibieron un millón de toneladas menos de petróleo ruso, en total 22,4 millones de toneladas.

Sería poco juicioso buscar en ello intrigas del Kremlin o cualquier otra intríngulis política.

Rusia durante muchos años dependía de lleno de las tuberías y puertos ucranios.

Pero en Kíev no han notado que esa dependencia se ha debilitado notablemente estos últimos tiempos.

A Rusia le importan más que nada hoy día sus intereses económicos, lo que la hace olvidar el sensiblero enfoque de "la amistad y la fraternidad" y dejar de conceder franquicias y ventajas a los países limítrofes.

Según escribió en octubre del año pasado en la revista "Experto" Andrey Gaidamak, jefe del Departamento de Análisis de Inversiones de la compañía LUKOIL, Rusia está financiando la economía de Bielorrusia y Ucrania, las que reciben petróleo ruso gozando de un considerable descuento.

Gaidamak adujo el ejemplo del oleoducto de tránsito "Druzhba" /Amistad/, por el que el petróleo ruso, que se suministra a Europa Central y del Este, se vende con descuento de dos dólares por barril, como término medio.

Ello sucede porque la tubería en cuestión no tiene salida sustancial hacia el mar.

Es por eso que "Druzhba" es, de hecho, un monopolio del consumidor (monopsonia), es un mercado cerrado de un monocliente que distribuye dicho petróleo entre un número reducido de sus refinerías.

Son en realidad éstas las que dictan los precios a las compañías rusas.

Por esta razón, una tarea estratégica de los exportadores rusos consiste en abandonar la "Druzhba" taponada y salir hacia terminales del mar Báltico, y ellos la están cumpliendo intensamente.

Por supuesto, el trasiego por Ucrania ha disminuido debido a que a mediados del año pasado alcanzó la potencia proyectada - de 47,5 millones de toneladas - la segunda fase de la Tubería del Báltico. Cuando acabe la construcción de la tercera, su capacidad será de 60 millones de toneladas.

La decisión de empezar a construirla, adoptada a finales de diciembre por el primer ministro ruso Mijaíl Fradkov, prueba que se tienen serios planes respecto a la futura exportación de hidrocarburos.

A la par con el tendido de la nueva tubería, la que todavía hace falta enterrar en largos tramos, en la costa del mar Báltico bulle el trabajo de construcción de nuevos puertos petroleros.

Ya ha empezado la explotación de una planta de distribución y trasvase que la compañía LUKOIL tiene en Visotsk (la capacidad de la primera fase de esa terminal es de 4,7 millones de toneladas al año, y la proyectada será de 12 millones).

La compañía TRANSNEFTEPRODUCT está realizando el proyecto "Sever" (Norte): construye una terminal y una nueva tubería de exportación Kstovo (provincia de Nizhni Novgorod) - Yaroslavl - Kirishi - Primorsk.

La capacidad de su primera fase será de 8,4, y la proyectada, de 24,6 millones de toneladas al año. La compañía SURGUTNEFTEGAZ empieza a construir una terminal de trasvase de 7,5 millones de toneladas de combustible diesel al año en la bahía de Batareynaya.

La TNK-VR edifica en Ust-Luga otra terminal con capacidad de 12 millones de toneladas de hidrocarburos al año.

Según pronostican expertos, el tránsito de petróleo por la región báltica puede aumentar en 2010 de 77,6 millones de toneladas hasta 156 millones de toneladas al año.

Son cifras muy realistas.

Se puede hablar cuanto se quiera de la independencia económica, pero los hechos confirman que es la tubería de tránsito la que le permite ganar a Ucrania miles de millones de dólares.

Además, Ucrania no tiene fuentes alternativas de suministro de hidrocarburos baratos.

 

Por Vasily Zubkov, comentarista en tema de economía, RIA "Novosti"