El crecimiento económico y el empleo son las
prioridades fijadas en el programa quinquenal que el
presidente de la Comisión de Bruselas, José
Manuel Durao Barroso, presentó al Parlamento
Europeo.
Prosperidad, solidaridad y seguridad para todos
los europeos, tal es el leitmotiv del programa
político para los próximos cinco años
elaborado por la Comisión Europea. Su presidente,
el portugués José Manuel Durao Barroso,
lo presentó a los europarlamentarios, instando
al viejo continente a lanzarse a la carrera para alcanzar
a Estados Unidos y a los competidores asiáticos.
Es la meta trazada en la estrategia de Lisboa,
aprobada en el 2000, que pretende convertir a Europa
en el ámbito económico de mayor rendimiento
del mundo hasta el 2010.
Diferencias por superar
Barroso ha quedado debiendo, por ahora, la presentación
de medidas concretas para cumplir el ambicioso proyecto
y se limitó a exponer las líneas generales.
Debemos iniciar la época de la renovación
europea. Tenemos que utilizar el enorme potencial desaprovechado
de Europa, afirmó Durao Barroso. Lo que
eso significa ya es sabido: proseguir las reformas de
los sistemas sociales y el mercado laboral.
El presidente de la Comisión Europea admitió
que parte considerable de la opinión pública
no está convencida de que Europa vaya por el
buen camino. Por eso, se propone disipar los temores
mediante un paquete de medidas dirigidas a fomentar
el crecimiento y el empleo, que presentará la
semana entrante. El objetivo será generar bienestar
para todos y también superar las diferencias
entre los países de la UE, que en la actualidad
son extremas. Un ejemplo: los londinenses disponen,
en promedio, de 10 veces más dinero que los habitantes
del Este de Polonia.
Osado proceso
Desde ya, Durao Barroso puntualizó que será
necesario invertir más en educación e
investigación, y crear un clima favorable a la
economía. Lo fundamental, a su juicio, es convertir
a Europa en un lugar más atractivo para las empresas,
en el que vale la pena invertir. Porque sólo
si eso se consigue se impulsará también
el crecimiento económico necesario para generar
trabajo.
Tenemos que lanzarnos a un proceso de transformación
tan osado y valeroso como lo fueron la creación
del mercado interno en 1985, la puesta en circulación
de la moneda comunitaria y la drástica ampliación
hacia el Este, concluyó Durao Barroso.
|